divendres, 19 d’octubre del 2012

El nen petit

Había una vez un niño que comenzó a ir a la escuela. Una mañana la maestra dijo:
.- “Hoy vamos a hacer un dibujo.”
.- “¡Qué bien!”, pensó el pequeño.
Le gustaba mucho dibujar de todo: vacas, trenes, pollos, tigres, leones, barcos. Sacó su caja de lápices y empezó a dibujar, pero la maestra le interrumpió:



.- “¡Esperen! Todavía no he dicho lo que vamos a dibujar. Hoy vamos a dibujar flores”.
.- “¡Qué bien!”, pensó el niño. Le gustaba hacer flores, y comenzó a dibujar algunas muy bellas con sus lápices violetas, naranjas y azules.


Pero la maestra intervino de nuevo:
.- “¡Esperen un momento! Yo les enseñaré cómo se dibujan las flores”.

Y tomando una tiza, pintó una flor roja con un tallo verde.




.- “Ahora”, añadió la maestra, “pueden comenzar”.
El niño miró la flor de la pizarra y la comparó con las que él había pintado. Le gustaban más las suyas, pero guardó silencio. Volteó la hoja y dibujó una flor roja con un tallo verde.
Otro día la maestra dijo:
.- “¡Hoy vamos a modelar con plastilina!”.



.- ¡”Qué bien”, pensó el pequeño.
Le gustaba la plastilina y podía hacer muchas cosas con ella: víboras, hombres de nieve, ratones, carros, camiones. Empezó a estirar y amasar su bola de plastilina. Pero, al momento, la maestra interrumpió:
.- “¡Esperen, aún no es tiempo de comenzar! Vamos a hacer un plato”.
.- ¡Qué bien!, pensó el pequeño. Le gustaba modelar platos y empezó a hacerlos de todas formas y tamaños.
Entonces la maestra le detuvo de nuevo:
.- “¡Esperen, yo les enseñaré cómo!”
Y les mostró cómo hacer un plato hondo. El pequeño miró el plato que había hecho la maestra, y luego los que él había modelado. Le gustaban más los suyos pero no dijo nada. Sólo modeló otra vez la plastilina e hizo un plato hondo, como la maestra había indicado.
Muy pronto el pequeño aprendió a esperar a que le dijeran qué y cómo debía trabajar, y a hacer cosas iguales a las de la maestra. No volvió a hacer nada por sí solo.
Pasó el tiempo, y el niño y su familia se mudaron a otra ciudad, donde el pequeño tuvo que ir a otra escuela. El primer día de clase, la maestra dijo:
.-“Hoy vamos a hacer un dibujo”
.- “¡Qué bien!”, pensó el pequeño, y esperó a que la maestra le dijera lo que había que hacer, pero ella no dijo nada. Sólo caminaba por el aula, mirando lo que hacían los niños. Cuando llegó a su lado le preguntó:
.- “¿No quieres hacer un dibujo?”
.- “Si”, contestó el pequeño, “pero, ¿qué hay que hacer?”
.- “Puedes hacer lo que tú quieras”, dijo la maestra.
.- “¿Con cualquier color?”, preguntó él.
.- “¡Con cualquier color!”, le respondió la maestra.
.- “Si todos hicieran el mismo dibujo y usaran los mismos colores, ¡cómo sabría yo lo que hizo cada cual!”, añadió.
El niño no contestó nada, y bajando la cabeza dibujó una flor roja con un tallo verde.



Extret del bloc Batecs Emocionals, un projecte d'educació emocional i benestar interior que ha engegat la Montse de la mà de dos companyes més. 

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